Señales y síntomas que se observan al nacimiento incluyen: cabeza de tamaño pequeño (microcefalia), cuerpo pequeño, pequeñas manchas rojas en la piel (petequias), hígado agrandado (hepatomegalia), agrandamiento del bazo (esplenomegalia), coloración amarilla de la piel y los ojos (ictericia), cuenta sanguínea baja (anemia y/o trombocitopenia), neumonía, convulsiones, tono muscular anormal, depósitos de calcio en el cerebro (calcificaciones intracraniales), pérdida de la visión, y pérdida auditiva. Aunque algunas de estas anormalidades pueden resolverse, muchos niños tendrán incapacidades de diversos grados por el resto de su vida. Incapacidades que pueden asociarse con la enfermedad congénita por el CMV incluyen sordera, ceguera, deficiencias físicas y motoras, convulsiones, anormalidades del desarrollo y retraso del aprendizaje.